· Vivienda en torno a una "era" ·
Autores: Sergio J. Díaz · Juan M. Caldero Navarro
Fotografía: Milena Villalba
El proyecto se localiza en Overa, una pequeña pedanía de Huércal-Overa, situada al norte de la provincia de Almería. Se trata de un entorno rural con fuerte arraigo a la agricultura. Con los años la trama urbana del pueblo ha ido desdibujando la huella agrícola del territorio. La densa trama de acequias, encargada de abastecer de agua a los abundantes bancales que había en la zona, ha ido dejando paso a una red de caminos alquitranados que ha urbanizado el pueblo. A pesar de ello, todavía pueden distinguirse antiguas eras, a día de hoy con una imagen renovada alejada de aquellos espacios donde las bestias trillaban, que dejan entrever la estructura rural primigenia. Esta se basaba en una disposición concéntrica en torno a estos espacios de trabajo colectivo, que con el tiempo adquirieron un carácter vinculado al ocio y las relaciones sociales.
La parcela, un antiguo bancal de naranjos engullido por el crecimiento urbano, presenta un contorno delimitado por medianeras de diferentes alturas y materialidades, privando de visuales hacia el paisaje. La principal preocupación de los jóvenes propietarios era disponer de espacio exterior con total privacidad. Debido a esta necesidad se decide invertir la situación hasta ahora común en el resto del pueblo con viviendas alineadas y abiertas a las calles. Se reinterpreta el concepto de era típica del lugar, generando una en el interior cuyo disfrute sea exclusivo de los habitantes de la casa. Esta “era” condiciona la circulación interior de la vivienda, construyendo un recorrido circular que divide el programa en dos mitades, zonas de día y de noche, conectadas lateralmente por dos espacios híbridos. Al mismo tiempo el espacio libre central permite recorridos alternativos de forma transversal que garantizan una ventilación cruzada de forma natural.
También, el requerimiento de intimidad deriva en la búsqueda de una fachada ciega que garantice la privacidad del interior. Para ello, se construye una falsa fachada elaborada con piezas cerámicas, que tamiza la relación con la calle y actúa como protección pasiva de la fachada sur.