· El abrazo ·
Autores: Sergio J. Díaz · Juan M. Caldero
Una parcela en la urbanización de La Alcayna es el lugar escogido para la construcción de esta casa. Se trata de un área residencial con una estructura rígida de calles ortogonales, generando un mapa de crecimiento monótono y de capacidad infinita. El paisaje que se constituye carece de atractivo, solares entre medianeras que se miran entre sí. El proyecto busca diluirse entre la parcela, extenderse para terminar abrazándose así mismo. De esta manera, se protege el espacio libre de las visuales respecto a los vecinos, cobrando protagonismo el jardín central. Aquí, vegetación, piscina y usos diurnos confluyen en favor de una relación interior-exterior continua. La sección es contagiada por la geometría de la planta, conformando tres volúmenes de diferentes alturas. Cada volumen y altura responden al uso que se desarrolla en su interior, contribuyendo a la protección del corazón de la parcela sin perjudicar el soleamiento. En este caso, el oeste es la orientación elegida para liberar de masa construida. La fuerte pendiente de la calle garantiza la intimidad con el vecino en este punto, permitiendo disfrutar de las únicas visuales naturales en el horizonte mientras el sol se pone.